Hay canciones que parecen estar escritas para acompañarnos en los momentos más trascendentes de la vida. Hace poco, conversando con mi hija, le compartí uno de mis deseos: que cuando llegue el día en que ya no esté aquí, suene, entre otras la canción de Lady Gaga y Bruno Mars, «Die With A Smile. Esa melodía, con su fuerza y ternura, refleja lo que quiero dejar como recuerdo: amor, gratitud y celebración de la vida.
La sorpresa llegó cuando mi hija me envió un video que me estremeció. Un niño de apenas diez años cantaba esa misma canción en el funeral de su madre. ¡La misma elección que yo había hecho! Fue como si el universo me dijera: “No estás sola en tu sentir, otros corazones también vibran con esta música.”
Esa coincidencia me llenó de emoción y me confirmó que la música tiene un poder misterioso: une almas, atraviesa generaciones y convierte el dolor en belleza compartida.
Cierre (reflexivo): La canción que elegí, Die With A Smile, de Lady Gaga y Bruno Mars, no es solo música: es un himno de amor eterno. Descubrir que otra familia la eligió para despedir a su madre me confirma que las melodías nos conectan más allá del tiempo y del espacio. Es un canto compartido que transforma la despedida en esperanza y en un puente entre generacion. https://www.hollywoodreporter.com/music/music-news/lady-gaga-bruno-mars-die-with-a-smile-music-video-1235976 El video del nino esta abajo.
✨ A Coincidence That Touches the Soul
There are songs that seem to be written to accompany us in the most transcendent moments of life. Recently, while talking with my daughter, I shared one of my wishes: that when the day comes when I am no longer here, among the songs played would be Lady Gaga and Bruno Mars’ “Die With A Smile.”
The surprise came when she sent me a video that moved me deeply. A ten‑year‑old boy was singing that very same song at his mother’s funeral. The same choice I had made! It felt as if the universe whispered to me: “You are not alone in this feeling; other hearts resonate with this music too.”
That coincidence filled me with emotion and confirmed that music has a mysterious power: it unites souls, crosses generations, and turns pain into shared beauty.
The song I chose, Die With A Smile by Lady Gaga and Bruno Mars, is not just music—it is a hymn of eternal love. Discovering that another family chose it for a farewell confirmed to me that melodies connect us beyond time and space. It is a shared chant that transforms goodbye into hope and a bridge between generations.
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