Frida y mi Calabaza
En mi primera clase de pintura en Sertoma Art Center, nos pidio nuestro instructor crear un paisaje que representara circulos, rectas y todas las figuras que se puedan imaginar. Yo, que cargo memorias como pinceles, decidí pintar algo más que hojas y ramas. Pinté una conversación entre la muerte, Frida Kahlo, y una calabaza que se sienta en un banco del parque como si esperara que el otoño le cuente un secreto.
Los árboles se tiñen de amarillo y naranja, como si el sol se estuviera despidiendo. En el suelo, las hojas caídas se mezclan con flores azules que se niegan a marcharse. .
Mi profesor, Peter Marin, dijo que cada interpretación es válida. Y yo creo que eso es lo más hermoso del arte: que puede ser espejo, ventana o altar. Este cuadro no es perfecto, pero fue elegido como ejemplo. Y eso me enseñó que lo imperfecto también puede ser guía.
Hoy lo comparto aquí, en mi blog, como parte de mi ritual creativo. Porque cada pincelada fue una afirmación, cada error una oportunidad, y cada color una memoria.
Reflexion Final
Qué ves tú cuando el otoño se sienta en un banco? ¿Es Frida quien te habla, o es tu propia historia la que florece entre las hojas?
🌱 Epílogo desde el banco de los espíritus
Dicen que la haraganería es la madre de los vicios. Yo digo que la consistencia es la madre de la felicidad y los logros positivos sin importar la edad. Y este otoño, lo estoy viviendo como pruebas.
“Mi primer cuadro en Sertoma Art Center: un otoño entre Frida y mi Calabaza.”
El Sertoma Arts Center
Más que un aula: ha sido un espacio de descubrimiento y transformación. Aquí aprendí que el arte no necesita ser perfecto para ser significativo, porque cada pincelada guarda memoria y cada error puede ser guía. Hoy agradezco a este centro por abrirme sus puertas y por inspirar mi camino creativo. Si deseas conocer más sobre este lugar que tanto me ha marcado, visita https://raleighnc.gov/arts/places/sertoma-arts-center
🍂 The Bench of Spirits: An Autumn Between Frida and My Pumpkin
In my first painting class at Sertoma Arts, our instructor asked us to create a landscape that represented circles, straight lines, and every figure we could imagine.
I, who carry memories like brushes, decided to paint something more than leaves and branches. I painted a conversation between death, Frida Kahlo, and a pumpkin sitting on a park bench as if waiting for autumn to whisper a secret.
The trees turned yellow and orange, as if the sun itself were saying goodbye. On the ground, fallen leaves mingled with blue flowers that refused to leave.
My teacher, Peter Marin, said that every interpretation is valid. And I believe that is the most beautiful thing about art: it can be a mirror, a window, or an altar. This painting is not perfect, but it was chosen as an example. And that taught me that imperfection can also be a guide.
Today I share it here, in my blog, as part of my creative ritual. Because every brushstroke was an affirmation, every mistake an opportunity, and every color a memory.
“My first painting at Sertoma Arts: An autumn between Frida and my Pumpkin.”
🌱 Final Reflection
What do you see when autumn sits on a bench? Is it Frida who speaks to you, or is it your own story blooming among the leaves?
Epilogue from the Bench of Spirits
They say laziness is the mother of vices. I say consistency is the mother of happiness and positive achievements, no matter the age. And this autumn, I am living it as a series of trials.
The Sertoma Arts Center
Has been more than a classroom: it has been a space of discovery and transformation. Here I learned that art does not need to be perfect to be meaningful, because every brushstroke holds memory and every mistake can be a guide. Today I am grateful to this center for opening its doors to me and for inspiring my creative journey. If you would like to learn more about this place that has touched me so deeply, visit
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El nombre que nacio de la magia 
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